La biodescodificación ¿se opone a la medicina tradicional occidental?
La biodescodificación no se opone a la medicina occidental, sino que la complementa.
No se enfoca en el tratamiento de los síntomas físicos de una enfermedad: apunta a detectar su origen o aquello que la desencadenó. De esta manera contribuye a que el paciente recupere la salud.
Según esta terapia, las enfermedades tienen profundas raíces emocionales. Es decir, aparecen como la manifestación física de un malestar que es mental y espiritual. Aquellos sentimientos que han sido reprimidos a nivel psicológico, afloran visiblemente a nivel corporal; el cuerpo nos está dando señales de que algo anda mal.
Además de colaborar en la curación de enfermedades, la biodescodificación es útil para prevenirlas. Permite aprender a gestionar las propias emociones, canalizarlas de la forma adecuada y prestar más atención a los signos de alarma que el propio organismo envía.
Al menos en lo que respecta a la medicina occidental, se acostumbra calmar las molestias corporales con fármacos, ungüentos, sprays o aparatos de ejercicio. A veces son recetados por un médico y otras veces, recurrimos a las opciones de venta libre.
Estos hábitos suelen ignorar el componente emocional que por lo general está involucrado en el dolor. Más aún, esa emoción puede ser la fuente misma del malestar.
Cuando alguien se enfrenta a un problema, el cerebro tiende a ponerse en modo de “lucha o huida”: libera cortisol y adrenalina, preparándose para un supuesto peligro inminente.
De acuerdo a como tú vivas ese conflicto, serán los síntomas que experimentarás. El estrés que sufre tu organismo frente a una situación desafiante, se manifiesta de múltiples maneras a nivel físico. En este sentido, la biodescodificación te propone dar con la causa misma de tu afección, comprender su porqué y darte herramientas concretas para superarla.
¡Es muy importante!.. que comprendas que esta terapia no busca suplantar tu tratamiento médico de siempre.
Puedes seguir tomando tu medicación habitual y respetar las recomendaciones de tu doctor de cabecera.
Pero al mismo tiempo, tienes la oportunidad de potenciar los efectos de tu tratamiento y de eliminar cualquier enfermedad de raíz. Si comprendes (y aprendes a sanar) las heridas emocionales del pasado, tu organismo recuperará el equilibrio perdido.
La biodescodificación para sanar cuerpo y mente.
Es cierto que existen una serie de factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades, que todos conocemos: sedentarismo, mala alimentación, tabaquismo, estrés. Pero entre ellos, también deben considerarse otros factores que a la mayoría le resultan desconocidos. Se trata, por un lado, de la historia familiar y por el otro, de las emociones reprimidas.
No hablamos precisamente de las enfermedades genéticas tal como las conoce la ciencia. Para la biodescodificación, tenemos traumas heredados de nuestros antepasados, cabos sueltos y asuntos pendientes con la vida que van trascendiendo las generaciones hasta que alguien los puede resolver. Muchas veces, se manifiestan en forma de enfermedades y problemas de salud.
Todos nosotros estamos “programados” a nivel inconsciente para cumplir con esos mandatos familiares; es decir, tendemos a repetir la historia de un abuelo, bisabuelo, tío lejano o algún otro miembro de nuestro árbol genealógico, incluso de muchas décadas atrás.
Por ejemplo, el daño provocado por la violencia de género se imprime en el útero de las mujeres descendientes y así causa infertilidad, abortos y problemas durante el embarazo. La tristeza provocada por los exilios y migraciones de nuestros ancestros a causa de las guerras, se acumula en distintos órganos, desatando cánceres.
El gran valor de la biodescodificación radica en su poder para desarticular esa lógica de supervivencia que a nivel inconsciente está instalada en el árbol genealógico. Así, una persona se deshace del peso de la historia familiar, puede liberarse de sus traumas y sanar, tanto a nivel físico como mental.